viernes, 24 de marzo de 2017

Un vestido azul

En el último post, les contaba lo que hasta ese momento fue el mayor paso que dio un pensamiento que estaba ubicado en lo más profundo de mi mente, pero que aun no tenía forma, después de este día todo transcurrió con normalidad, aunque seguir viendo a la profesoras era algo que se estaba volviendo costumbre.

El tiempo siguió pasando y mi hermana mayor partió de la ciudad para iniciar estudios en otra parte del país, a partir de ahí mi historia sería diferente porque en primer lugar, estaría más solo en casa por las tardes y a pesar de que salía, practicaba deportes con amigos - siempre había largos momentos en casa en los que leía, veía tv, escuchaba música o veía una película, pero hubo una película que marcó  quizá varias cosas. 

No se si la hayan visto, pero se trata de Tootsie, que según Wikipedia es la historia de Michael Dorsey (Dustin Hoffman), un conocido actor que se queda sin trabajo en Nueva York debido a su problemático carácter y que con el objeto de encontrar empleo se disfraza de mujer y aparece en una teleserie ambientada en un hospital. Michael (ahora Dorothy) se convierte en una estrella, pero se siente atraído por una de las protagonistas de la serie, Julie Nichols (Jessica Lange). La fama le sonríe, pero tendrá que decidir entre seguir como Dorothy, o volver a ser Michael.

Cuando la vi,  el revuelto de dudas que tenía en la cabeza salió más a flote y la idea de actuar de la misma forma tomó más bases y empezó a ocupar un lugar más grande en mi cerebro.  No lo podía creer, en verdad estaba pensando en vestirme de mujer y experimentar qué se sentía, la pregunta era, cómo lo iba lograr?

La primera noche

Corrían las 10:00 pm  o las 10:40 pm, mis padres dormían y yo me encontraba en mi cuarto, cuando se juntó en mi mente los pensamientos de la ropa de mi maestra, imágenes de la película y otras cosas , así que en medio de oscuridad me levanté y abrí uno de lo closet en donde mi hermana guardaba su ropa. Abrí una gabeta y había un brasier negro- no puedo negar que el corazón estaba latiendo fuertemente, pero a diferencia de otras veces, sabía que en esta ocasión tenía el tiempo para ponerlo sobre mi.

- Estaba apretado, pensé.
- Pero había algo que lo hacía sentir bien, así que en la oscuridad me miré al espejo y mi corazón latió tan fuerte que lo sentía afuera de esa prenda de encaje color beige. Me volví al closet y había un vestido azul parecido al de mis profesoras, era de chaqueta y falda, tenía cuatro botones, la tela era parecida y tambien de mangas largas.
-Respiré, lo saqué del colgadero  y me lo puse, en la manera en que iba cerrando los botones, el latir del corazón disminuyó, y otra sensación se apoderaba de mi. En verdad lo estaba disfrutando, pero ja parte de mi se sentía culpable y otra incompleta.

Ya eran las 11:30 de la noche, así que decidí quitarme todo, se quedaron en mi varias sensaciones como la comezón en la espalda por el brasier, la forma en la que la tela del vestido se acopló a mi, y la forma en la que me quedé mirando al espejo  esa primer a vez, y en el algún lugar, cierto remordimiento.

Seguí pensando en todo hasta que me dormí y al día siguiente como si nada, salí para el colegio.

-Qué había empezado en mi ?
- Qué era eso que sentía?
- Por qué me atraía tanto el tema de la ropa de mujer ?
- Le debía contar a mis padres ?







jueves, 23 de marzo de 2017

Las primeras sensaciones

Aun no recuerdo cómo fue el primer día, todavía vienen a mi mente imágenes borrosas de la infancia en la que solía mirar mucho la forma en que se arreglaba mi hermana mayor para ir al colegio, yo tenía como 12 o 14 años y miraba mucho su uniforme  y una que otra vez el uniforme de sus compañeras de clases cuando iban a casa a realizar tareas de grupo u otras actividades. Todo lo anterior era borrado por otras distracciones que aparecían como jugar o ver televisión, hasta ese momento la vida transcurría normal y creería que la infancia no dejaba que eso que estaba en el fondo de la mente y que empezaba a nacer, diera sus primeros pasos.

En el colegio, aunque todo parecía normal muchas cosas en la mente se empezaban a revolver. La jornada empezaba a eso de las 7:00 am y terminaba a la 1:00 pm -  era de solo hombres, razón por la que cuando se asomaba una que otra maestra, era como lobos rondando la única presa en el bosque. Sin embargo, a mi me empezaba a llamar la atención otro tipo de aspectos, como por ejemplo la ropa que usaban. 

En cierto momento me di cuenta que me volví muy detallista, era como maximizar en mi mente partes del cuerpo de las profesoras, la de ciencias por ejemplo: tenía una cintura como un reloj de arena, caderas pronunciadas, piernas gruesas, cabello café largo y por lo general toda la ropa que usaba era señida, aunque a muchos no les gustaba, yo miraba por horas como lucía sus vestidos- unos de cierre atrás, otros de chaqueta y falda, y los tacones negros que nunca faltaban en su estilo. Obiviamente yo disfrazaba todo eso que se iba formando en mi mente con comentarios sobre la belleza de otras maestras, eso, cuando estaba con los demás compañeros del cole en los recreos.

Cuando llegaba a casa por las tardes, solía ver televisión y hacer tareas, como mi madre y mi padre salían a hacer diligencias yo me quedaba en casa con mi hermana. Mientras revisaba libros y escríbía operaciones matemáticas o de otras materias, recuerdo que pensaba mucho en la profesora que les comenté en el párrafo de arriba, a veces me decía : "'Será que me gusta?", pero de tantas veces que la iamgen de ella rondaba por mi cabeza, un día cambió mi pregunta  y para esa vez fue: " Qué se sentirá estar en su ropa y sus zapatos, oler como ella?". Ese día me asusté mucho, era un niño de algunos 13 años y el solo hecho de tener ese pensamiento causó mucho miedo.

Lo que empezó como un pensamiento se fue transformando en una idea, idea que rondaba todos los días, sobre todo en las noches cuando dormía, puedo decir que así transcurrieron muchos meses. Miraba y miraba, eso si, disimuládamente a varias profesoras con su uniforme y la pregunta siempre era :"Qué se sentirá usarlo?, ¿será caluroso?, ¿apretado?, daría lo que fuera por estar en sus zapatos solo unos segundos".

Un día, en todo el colegio se celebraba una fiesta, no tengo en mente cuál, pero si recuerdo que todos los estudiantes y los profesores estaban en el coliseo, como mi curso estaba a cargo del evento tenía que estar atento de que los números estuvieran listos y avisarle a los personajes que era su turno, uno de esos puntos era el baile de unas profesoras. Yo subí a buscarlas al salón donde se estaban arreglando y les avisé que era su turno, ellas salieron y me pidieron que cerrara la puerta del salón donde estaban sus cosas, bolsos, ropa, zapatos y demás. Una sensación se vino a mi mente y a mi cuerpo cuando tenía la perilla de la cerradura en la mano. Respiré un momento y miré para todas partes- en verdad estaba solo en un piso de más de 10 salones. Sentía los latidos de mi corazón por todo el cuerpo y tuve el valor para entrar al curso, cerrar la puerta y ver por un momento los uniformes ahí extendidos en una silla, tomé uno de estos y recuerdo que lo miré por unos segundos, no voy a negar que estuve a punto de ponerlo en mi, pero el susto era tan grande que lo dejé donde estaba, lo miré una vez más y salí, cerré la puerta y respiré profundo.

Esta historia continuará...

Mi llegada a la ciudad

Corría el año 2009 y ya había terminado la universidad, pero en temas laborales la ciudad en la que estaba no era muy buena, pues los puest...